Mirarnos desarmadxs

 Los huesos que quedaron, aún tibios, me preguntan

¿cuál es el temor?

El temor es que ningún argumento haya sido válido

Que la naturaleza de mi lívido haya sido lo suficientemente tenaz para encenderlo todo, una y otra vez

Fue tal vez, una carrera en el tiempo donde el no juzgarnos fue una de las condiciones

¿Condiciones? ¿Qué diferencia una condición de una decisión cuando ninguna de las dos de rompió? ¿Acaso siempre fue así? ¿Acaso todo se inicia cuando ponemos las reglas? ¿Cuando nos decidimos? ¿O es antes? ¿O es recién ahora?

Nos exploramos en todas las facetas del auto conocimiento, nos volvimos feroces de la libertad

Aprendí a prestar atención a cada uno de los aprendizajes

De la lealtad

De lo absurdo

De lo irascible que podía llegar a ser no verte,

y de lo que eso provocaba en mi piel

De la protección

De la desprotección de nuestras palabras

que no hirieron,

que no punzaron adrede 

Simplemente no supieron cómo decirse entre ellas mismas


De la clara visión de nuestras almas


Sólo así pudimos jugar a este argumento, que nadie nos enseñó, que se volvió juego, que se volvió cualidad, que ahora me gusta llamar virtud

Prestando atención

Y escuchando

Tan sólo escuchando

Cuán rápido ascienden los latidos si nos miramos desarmados

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