Pausa

La forma se detiene para ya no ser de ninguna otra.

Pero, ¿y si la otredad se aproxima? Se me apoya en la punta de mi nariz y me mira... casi creyendo que ya no va haber más miedos.
Intenta ahuyentar las culpas y las dudas -pero no lo logra-

Los pesos (besos) vuelven a posarse en mis píes y me (nos) pregunto ¿Valoramos toda la virtud que tenemos?

No nos hundamos más.

                               Ya no más.

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